¡Bienvenido al diario de la lengua!

En él intentaremos llevar al día cuestiones relevantes, noticias y demás información a cerca de nuestra lengua castellana.

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martes, 11 de mayo de 2010

Y tú, ¿de quién ereeeee?

Yo soy “la serranilla chica”, por ser la nieta menor de mi abuelo, Juan José Serrano. Este es el sobrenombre con el que me conocerán la mayoría de los autóctonos de mi pueblo, Hinojosa del Duque; y si el lector quiere ir un día a conocerlo, será llamado con el sobrenombre de “el forastero”.

El lugar de mis antepasados maternos se sitúa inmerso en un precioso valle, rodeado de bosques de encinas y bandadas de grullas, concretamente, en el Valle de los Pedroches, provincia de Córdoba y colindante con Badajoz.
Además de una preciosa Catedral, patrimonio nacional, los habitantes de mi pueblo poseen una peculiar manera de hablar y un castizo y enraizado vocabulario, el cual, o es inventado o es una variante de su uso más común.
Muchas palabras de este característico vocabulario aparecen en el Quijote, ya que también Hinojosa del Duque está colindante con Castilla la Mancha.
Ahora quiero mostrarles algunos ejemplos de este “sistema de comunicación”, por si algún día tienen interés en ir a visitar este pueblo, se sientan un poco más integrados:

Lavazas: agua sucia o mezclada con impurezas. (en mi pueblo dicen “lavacias”) En el cortijo que tiene mi familia a escasos kilómetros del pueblo, no teníamos ni luz ni agua corriente, por lo que los platos sucios de la comida se lavaban en un bidón con agua, donde luego quedaban “las lavacias”.

De gañote: ir de gorra, hacerse invitar. Por ejemplo: voy a ir al cine de gañote.

Pinturero: apuesto o gracioso.

Libertoso: No aparece en el diccionario de la RAE, en el que sí que aparecen libertado, libertario, o libertino. Alguien “libertoso” es el que se toma muchas libertades.

Alacena: armario situado en la pared para almacenar comida. Parecido a una despensa.

Gradas: en vez de usar la palabra escaleras.

Fósforo o misto: en vez de usar la palabra cerillas.

Repercochao o arrepercochao: esta palabra no aparece en la RAE, y se usa para describir a una persona que va muy arreglada o elegante. Por ejemplo: ¡Cucha, mira el Antonio que arrepercochao se ha puesto pa´ir a misa!

Poyo: aparece también en el Quijote, y es un banco de piedra que se adosa a la pared.

Doblao: un altillo, el desván.

Repáparos: son unas tortas de masa frita, hechas con harina, agua y sal. Una vez fritas se mojan en azúcar o en el café.

Rastrojos: retamas, malezas para encender la candela. Esta palabra aparece en el Quijote.

Candela o lumbre: hoguera o chimenea encendida, para cocinar o para calentar la casa. Esta palabra sí que aparece en el diccionario.

Arregostarse: viene en el diccionario de la RAE, y significa aficionarse a algo. Por ejemplo: en hora de siesta se puede decir: ¡No ta´regostes que hay que irse al campo! (no te acomodes mucho ni te duermas, porque hay que irse pronto)

Cachorreñas: si que aparece en la RAE, y es una especie de sopa con ajo, agua, vinagre y pimentón.

Agilibú: no aparece en la Rae. Cuando una persona es torpe o poco resuelta. Por ejemplo:¡Menudo agilibú tiene la niña barriendo! (es que lo hace lento o poco efectivo)

Chancleta: es un zapato sin tacón, pero en mi pueblo se utiliza para designar a una persona que se comporta de manera vulgar.

Cagalares: no viene con el significado que le dan en mi pueblo; cagalares son cosas sacadas de contexto, contar cosas sin venir a cuento.

Jondear: no aparece en la Rae, sin embargo si aparece Hondear, que es reconocer el fondo con una sonda. Jondear es blanquear la ropa.

Vanduendo: no aparece en la RAE. Se utiliza para describir a una persona que va de un lado para otro, que da muchos tumbos. Por ejemplo: ¡anda que levas toa la tarde vanduendo!

Tumbos: “dando tumbos”, vaivenes, o bandazos. Se usa una expresión muy común: ¡Anda que das más tumbos que un gitano en la feria!

Morterá: no aparece, aparece mortero, que es un cuenco. Una morterá es una gran cantidad de algo: ¡Menuda morterá de garbanzos habéis hecho pa´comer! (exagerada)

Teco: no aparece. Un teco es una persona zurda.

• Pugiedes: no aparece. Es una persona que siempre está contando penas y tristezas. Siempre le pasa algo malo. También se la puede denominar “María Pugiedes”. Por ejemplo: ¡Cucha, la Encarni desde que murió su mario está hecha una pugiedes!

• Cucha: es una expresión que sustituye a escucha.

Atiende: expresión que sustituye a oye, mira.

Enrea: viene de enredar. Una persona que no se está quieta.

Pinchorrete: no aparece. Podría ser sinónimo de “arrepercochao”; es una persona muy elegante,muy areglada.

Parpucho. Tampoco viene. Se usa para designar a una persona que le da mucha importancia a las cosas que no la tienen.


Magdalena Ramis Serrano.
Natural de Madrid, pero afincada sentimentalmente en Hinojosa del Duque, Córdoba.

miércoles, 5 de mayo de 2010

SKÁRMETA, A. (1996). El cartero de Neruda (Ardiente paciencia). Barcelona: Círculo de Lectores

El argumento del libro está vertebrado por la vida de su protagonista, Mario Jiménez, un adolescente de 17 años que vive en un pequeño pueblo de pescadores llamado Isla Negra (Chile).
Nuestro joven protagonista rehúsa seguir los pasos de su padre como pescador y adquiriendo una bicicleta obtiene, por un pequeño sueldo, el empleo de cartero de Isla Negra.
Gracias a este trabajo entabla relación con el poeta Pablo Neruda, instalado en una casita alejada del pueblo. El poeta precisaba de un cartero dedicado a sus kilos de correspondencia diaria, y Mario, un enamorado de la poesía, no duda ni un momento en aceptar con orgullo este empleo.
Además de ser un enamorado de la poesía Mario vive locamente enamorado de la joven Beatriz González, una exuberante muchacha que trabaja en la hospedería del pueblo.
La muchacha vive ignorando la existencia de nuestro cartero, y además está custodiada por su madre, la viuda Doña Rosa González, dueña de la hospedería.
Gracias a la amistad entablada por el cartero y el poeta se escribirán los poemas más hermosos dirigidos a Beatriz, con el único objetivo de llamar su atención, sorprenderla y conquistarla.

Esta bonita historia de amor con final feliz (boda de los jóvenes y nacimiento del primogénito, Pablo Neftalí Jiménez González) se ve entrelazada con el ambiente político de la época. Vemos como se suceden varios episodios de la vida política de Chile de los 60 paralelos a los episodios protagonizados por Neruda: este es llamado como candidato a la presidencia del país, cede su puesto a Salvador Allende y este gana las elecciones, se marcha a París como embajador, recibe el premio Nobel de literatura en 1971, se suceden varias revueltas de orden político,...
Todos estos acontecimientos se viven con menor o mayor fervor por los habitantes de Isla Negra, hasta el regreso del poeta.

El final es doblemente amargo, se produce un golpe de Estado y el asesinato de Salvador Allende, a la vez que le comunican a nuestro joven cartero la grave enfermedad que sufre el poeta, y que le causará la muerte tiempo después.

El final deja abierta la puerta a la cruda historia de Chile: tras derrocar violentamente el partido de Allende, Augusto Pinochet se hace con el poder político y militar del país, y comienza una persecución espeluznante contra socialistas y comunistas. Destrozan la casa de Neruda de Santiago, quemando sus libros y saqueando sus bienes, sitian su casa de Isla Negra, en la que permanece encerrado sobrellevando su enfermedad. Finalmente muere en el hospital de Santiago de Chile el 22 de septiembre de 1973.
El final es aún más sobrecogedor, ya que el último párrafo pone de manifiesto la caza de brujas que se inició contra los comunistas, privándolos de sus libertades, hasta tal punto de privarlos de su propia vida.

¿Qué es lo que hace especial esta obra? La entrañable historia de una singular amistad surgida entre el poeta Pablo Neruda y su joven e humilde cartero que se desarrolla sobre el fondo de uno de los momentos críticos de la historia del Chile contemporáneo.

En mi opinión, la historia no tiene una grandísima trama, de hecho es bastante lineal, pero en ella podemos encontrar poesía, muchas descripciones con cantidad de detalles, momentos eróticos, humorísticos y de gran trascendencia político y social.
Una mirada de cerca a los continuos vaivenes de un amorío entre adolescentes, entremezclado con sutileza con el día a día de los habitantes de un pequeño pueblo pesquero y con la agitada atmosfera política que se vivía en aquel entonces.

El lenguaje empleado por el autor es muy bello y dulce. Es una obra que está repleta de sentimientos, fácil de leer y muy divertida. Muchas de las puestas en escena que introduce el narrador están cargadas de metáforas y de comentarios ingeniosos, cargados de humor, de ironía y de dobles sentidos, que sin duda te amenizan la lectura.

Es una obra conmovedora, llena de sentimientos con un precioso tratamiento del amor y de la sexualidad y de la amistad, pero además está idílica temática se ve truncada con la falta de libertad y represión que supone el derrocamiento de un presidente con un golpe de estado y el comienzo de una dictadura. El final del libro es trágico. Skármeta consigue combinar perfectamente esa dualidad.
Magdalena Ramis Serrano

Cita "a ciegas"


“La lengua escrita es la capa de hielo que se forma en el río, debajo de la cual sigue fluyendo la lengua hablada con su forma más espontánea, más frecuencia, más natural, más común.”

Vendryes

¿Hay algún instrumento más eficaz que la lengua para asegurar la existencia del grupo?

Vendryes

Soy gaucho, y entiendanló
como mi lengua lo explica,
para mí la tierra es chica
y pudiera ser mayor.
Ni la víbora me pica
ni quema mi frente el sol.

José Hernández, Martín Fierro




[…] que se creen que por ser jóvenes ya tienen derecho a todo, avasallando, y tú qué “un joven rebelde”, rebelde ¿de qué?, porque a ver de qué se van a quejar, tú dirás, se les ha dado todo hecho, viven en orden y paz, cada día más regalados, que todo el mundo lo dice, y tú chitón, o en clave, para no perder la costumbre, “quieren voz” o “quieren responsabilidades” o “probarse; saber si saben convivir”, frases, porque ¿puedes decirme, cariño, qué es lo que quieres decir con eso? Querer no sé lo que querrán, lo que sí te puedo decir es que deberían tener más respeto y un poquito más de consideración […]

Miguel Delibes, Cinco horas con Mario


El Campeador adeliñó a su posada;
así commo llegó a la puorta, fallóla bien çerrada,
por miedo del rey Alfons, que assí lo pararan:
que si non la quebrantás, que non gela abriessen por nada.
Los del mio Çid a altas vozes llaman,
los de dentro non les querien tornar palabra.

Poema del mio Cid (Castellano antiguo)




[…] la B con la A hace BA, y la C con la A hace ZA, y, entonces, los señoritos de la ciudad, el señorito Gabriel y el señorito Lucas, les corregían y les desvelaban las trampas, y les decían, pues no, la C con la A, hace KA, y la C con la I hace CI y la C con la E hace CE y la C con la O hace KO, y los porqueros y los pastores, y los muleros, y los gañanes y los guardas se decían entre sí desconcertados, también te tiene unas cosas, parece como que a los señoritos les gustase embromarnos, […]

Miguel Delibes, Los santos inocentes


Para deciros la verdad, muy pocas cosas observo, porque el estilo que tengo me es natural, y sin afectación ninguna escribo como hablo; solamente tengo cuidado de usar vocablos que signifiquen lo que quiero decir, y dígolo cuanto más llanamente me es posible, porque a mi parecer en ninguna lengua está bien la afectación. Cuanto al hacer diferencia en el alzar o bajar el estilo, según lo que escribo, o a quien escribo, guardo lo mismo que guardáis vosotros en el latín.

Juan de Valdés, Diálogo de la lengua


Si en una ciudad extranjera un español acaudalado oye, en la calle, en un lugar público, a otra persona, de traza modesta, hablar su lengua, aun cuando sea con acento distinto, chileno o cubano, lo más probable es que sienta el deseo de acercarse a él y trabar conversación. Son dos personas de clase social muy dispar, de dos naciones distintas; pero los une algo superior al sentir de clase y nación, y es su conciencia de pertenecer a un mismo grupo lingüístico, la fraternidad misteriosa que crea el hecho de llamar desde niños las mismas cosas con los mismos nombres.

Pedro Salinas, El defensor

miércoles, 28 de abril de 2010

Es una verdadera lástima que se use nuestro idioma para decir tantas tonterías…



Pedro Almodóvar “Tomé bastante cocaína, pero la dejé porque prefería seguir viviendo y estar lúcido”

Shakira “La gente se inventa historias sobre si me he hecho una operación estética en la nariz o no. ¿Para qué iba a querer una loba tener una nariz más pequeña? ”

Javier Bardem “El Oscar es, sobre todo, una excusa para emborracharse con los amigos”.

Ana Rosa Quintana "Soy republicana, pero me gustaría entrevistar al Rey"

Olivia Molina “Para una actriz poder afearse es lo más, y no todas pueden hacerlo. Coges a Elsa Pataky y a ver cómo la pones fea”

Bertín Osborne “Camps es un tío honrado que se viste por los pies”

Juan Carlos I. Rey de España. "Yo me duermo en público, sí, pero con cara de Rey"

Miguel Bosé “Los artistas somos una especie en extinción”

Esperanza Aguirre “Sara Mago, una excelente pintora”

Esperanza Aguirre “El señor Jiménez Losantos es amigo mío y además le admiro por su cultura, su sentido del humor y porque es un gran periodista”

Esperanza Aguirre “Pues es que no puedo contestarle porque no conozco el Estatuto. Probablemente, sí. Si mi partido lo ha votado (…), seguro que sí” (Sobre el Estatuto de Andalucía)

Yola Berrocal “El día que enseñé la teta en ‘Sálvame’, me pagaron 400 euros”

Sofía Mazagatos “Está en el candelabro”

Rocío Jurado “A mi marido le gusta ir muy alicatado”

Hugo Chávez "Yo adquiero, el verbo ahí es "adquerir" (sic), ¿no es así?, "adquerir" (sic)".

Algunas por su forma y otras por su contenido no dejan a nadie indiferente…


Información extraída:
http://quemedices.diezminutos.es/reportajes_famosos/por_la_boca_muere_el_pez/(image)/33
Revista Vanity Fair, mes de marzo.

lunes, 12 de abril de 2010



Y Nos Dieron las 10 y las 11…
En mi humilde opinión, creo que no podemos hablar de lengua castellana y no mencionar a Joaquín Sabina. ¡Vale!, no es literato, ni poeta, y jamás será reconocido por la Academia como tal, pero para mí y para millones de españoles es un mago de las palabras.
Gran compositor y productor, un artista de los pies al bombín y sin duda el mejor letrista que ha tenido el detalle de escribir en nuestra lengua. ( y que me perdonen por estos comentarios Serrat, Calamaro, Luis Eduardo Aute, Antonio Vega y demás compañeros del gremio)
Es nuestro John Lenon andaluz. Nuestro “perro andaluz sin domesticar”, como dice él en su canción “Nos sobran los motivos”.
Nacido en Úbeda, Jaen, paisano de Antonio Muñoz Molina y de la expresión “irse por los cerros de Úbeda”, se marchó a Londres 7 años de friegaplatos, donde se dedicó a escribir un amplio repertorio de letras, y terminó afincado en su “Pongamos que hablo de Madrid” querida, exactamente en la plaza de Tirso de Molina.
Muchos se pueden molestar por mi veneración, y pensar que hay otros compositores mejor que él, pero debo deciros que eso es porque no le habéis escuchado ni leído lo suficiente.
Es verdad que está mayor, que no ha podido evitar ser “un canalla”, que por su voz y por su mirada desfilan las miles de noches de mala vida, y se nota que no es lo mismo.
En sus conciertos ya no hay canciones movidas, de rock & roll, de whisky on the rocks; en el último concierto en Salamanca eché de menos al “Pirata Cojo” y poder hacer con él un “Pacto entre caballeros”, pero me deleitó con canciones de guitarra acústica y baladas sobre un taburete.
El tiempo pasa para todos, y más rápido para los que adoran jugar con los excesos.
Desde los primeros álbumes “Física y Química”, “Esta boca es mía”, “Yo, mi, me, conmigo”, hasta el último “Vinagre y Rosas”, su voz metalizada se ha ido tornando hacia una especie de estertor carrasposo, que indica si no más, el final de sus actuaciones en directo. Sus letras se han ido recubriendo de un velo más nostálgico y más melancólico, signos que sin duda le han aparecido por encontrarse a las puertas de la vejez y por los continuos achaques de salud.
Para los que no hayáis escuchado alguna de sus canciones, que lo dudo, porque siempre ha tenido una cara más comercial y ha estado hasta en la saciedad en los 40 principales, os recomiendo canciones como: Más de cien mentiras, Noches de boda, Princesa, Así estoy yo sin ti, El diario no hablaba de ti, Quién me ha robado el mes de abril, la canción que lleva mi nombre Magdalena, y si os gustan las buenas colaboraciones, el disco "Yo, mi, me, conmigo", donde se ve bien acompañado por los Rodríguez (Andrés Calamaro y Ariel Rott), Manu Chao y el incondicional “Panchito Varona”.
Para finalizar os recomiendo un libro de poemas que tuvo la generosidad de brindarnos titulado “Ciento Volando de catorce”, de la Editorial Visor Libros, escrito en el 2001. En él plasma un mundo que surge de la melancolía para desembocar en los impulsos irónicos, tratando, con el vitalismo de sus consignas, darle la vuelta al tiempo y a las palabras.


Gracias Joaquín por hacerme disfrutar tantas horas con tu música y con tus palabras.


“Que el maquillaje no apague tu risa
que el equipaje no lastre tus alas
que el calendario no venga con prisa
que el diccionario detenga las palabras…”

lunes, 15 de marzo de 2010





Decimos adiós a un clásico de la lengua castellana



El viernes 12 de marzo de 2010, nos abandonaba, a sus 89 años, un grande de las letras, Miguel Delibes.
Las personas que le conocían no escatiman en elogios para el poeta: era un humanista excepcional, altruista, fiel, una persona llena de humildad, muy sincero, y con una integridad y una categoría humana fuera de lo común.
Haciendo la vista atrás y recordando un poco su trayectoria podemos decir de él que era un vallisoletano de los pies a la cabeza. Allí nació en 1920 y en el mismo sitio le encontró la pálida dama.
Este afecto por su tierra se vio reflejado en su vida y en su obra, él decía a menudo, “que era un cazador que escribe”. El contacto que tuvo con la Castilla profunda mediante sus excursiones de cazador y pescador se plasmaron en toda su obra: era un defensor acérrimo de la naturaleza (Un mundo que agoniza, 1979), fascinado por las maravillas que le ofrecían los pueblos y rutas de caminantes (Diario de un cazador, 1955), unido a la tierra como si le brotarán raíces de sus zapatos.
De esa tierra castellana, y sobretodo de Valladolid ha dicho en reiteradas ocasiones que no se cansará de darles las gracias por todo lo que le han enseñado de la lengua, por todo lo que se ha nutrido hablando con aquellas gentes, ya que sin ellas personajes como Azarías (Los santos inocentes, 1981) o el señor Cayo (El disputado voto del señor Cayo, 1978) jamás podrían haber existido.
Con 20 novelas, una decena de libros de caza, varios de rutas y viajes, se hablará de la Castilla de Delibes como se habla de la Praga de Kafka, del Dublín de Joyce o de la Lisboa de Fernando Pessoa.

De su etapa periodística habría que resaltar sus comienzos como caricaturista en el diario “El Norte de Castilla”, y como a los pocos años ya estaba a la cabeza dirigiendo este mismo periódico.
Llamaron a su puerta importantes ofertas, como por ejemplo, la que le hizo Ortega Spottorno para ser director del conocido periódico “El País”, oferta que sería rechazada por la imposibilidad de abandonar su Valladolid querida, y porque en el fondo, era un libre pensador, defensor de las ideas y de la libertad, y no quería que lo “casarán” con nadie.

Excepto con su mujer, Ángeles, pilar que vertebraba su vida, madre de sus siete hijos, y la persona que le alentó a presentarse a la 4ª edición del Premio Nadal en 1948(La sombra del ciprés es alargada, 1947), premió que sin duda le daría a conocer.
Además de de este premio se le ha concedido el premio Príncipe de Asturias en 1982 y el premio Cervantes en 1993, y se le “invitó” a ganar el Premio Planeta, oferta que rechazó sin pensar, ya que el hecho de que mercadearan con la literatura y eligieran al ganador “a dedo”, antes incluso de haber escrito la obra, era un acto que le repugnaba.

En su discurso de recogida del Cervantes, ya se atisbaba un Delibes abatido, mermado por un cáncer de colon, que con mucho sufrimiento e intervención médica, consiguió superar.

Sin embargo se despedía de la literatura, siendo consciente de que la operación le había salvado la vida, pero se había llevado dioptrías, memoria, concentración, e imaginación; ¿cómo abordar entonces una novela y mantener vivos en su imaginación, durante 2 o 3 años, personajes con su vida propia y sus propias características?
Aun así, le daba las gracias a Dios por haberle dejado terminar una obra ya medio perfilada, El Hereje, publicada en 1998, la que sería su última obra, y con la que sorprendió a todos los que le creían silenciado para siempre.

En su vejez, llegó a decir que la ciencia había conseguido alargar su vida, pero no la calidad de ésta; también dijo una frase que sentenciaba el punto y final de toda su obra literaria: “en mi caso ha muerto antes el poeta que el hombre”.
Frase a la que todos le podríamos contestar, que poetas como él nunca mueren.



“A su hermana, La Régula, le contrariaba la actitud del Azarías, y le regañaba, y él, entonces, regresaba a La Jara”
Miguel Delibes, “Los santos inocentes”, 1981

Escrito por: Magdalena Ramis Serrano
Referencias extraídas de “El País”, sábado 13 de marzo de 2010.
G.G., Brown (1983): Historia de la Literatura Española 6/1. El siglo XX. Ariel. Barcelona.

lunes, 1 de marzo de 2010